Tengo fiebre. La fiebre del oro, y me ha dado fuerte! Es como cuando cortas con tu novio y solo ves parejas enamoradas, yo solo veo oro, y en todas sus tonalidades, desde el más brillante y ostentoso hasta el más mate y discreto. Y me gusta! Está claro que mi gusto no va por los palacios rusos de la era zarista (lo cuales no dejan de me parecen maravillas) sino por toques pequeños pero llamativos.
Las lámparas son uno de esos toques, estoy realmente obsesionada con ellas. Especialmente las de Tom Dixon y más concretamente su colección Beat. ¡Las quiero todas para colgarlas juntas! Las negras por fuera con el interior dorado son la opción perfecta para los que no se atreven del todo con la tendencia.
Esta lámpara de Stylizimo es tan bonita como cara… menos mal que cuando me las pueda permitir se me habrá pasado la tontería porque con una no me vale… querría por lo menos 10.
Hayon es un estudio que me gusta, les sigo la pista y me encuentro con diseños como Parachilna donde queda claro que el mítico “menos es más” también se cumple con el oro.
Pero no puedo no volver a Tom Dixon… me encanta!
Y aquí es cuando ya se me va la pinza y me encuentro colgando cocinas tan ostentosas como esta donde me gusta todo de ella menos los candelabros.
Aunque también me va esta otra más discretita, con esa isla dorada taaaaan brillante en la que no me atrevería a cocinar… aunque qué narices, si tengo esa isla significa que yo no cocino.
¿Quién se inspiró en quién? No sé si Riccardo Tisci miraba Pinterest antes de diseñar la tienda de Givenchy en París pero definitivamente me gusta más un mostrador dorado que una isla de cocina dorada, y ese suelo me fli-pa.
Algo más terrenal es la nueva tienda NAC en Madrid, que todo sea dicho, me gusta mucho.
Pero poniendo los pies en la tierra y llevando la tendencia a la calle, me quedo con objetos como estas piñas (otra fiebre) que puestas arriba de la chimenea quedan tan “chic” (venga, pegarme). Del salón me quedo con el espejo, la mesa no me va… y los arbolitos de los extremos, las butacas y esos cojines me resultan cursis, seguro que es la casa de una presentadora de reality americano que vive en LA.
Esto es mucho más mi estilo. Decoración más sobria con toque nórdico y pequeños objetos dorados que aportan luz.
Y como no podía ser de otro modo, la tendencia llega hasta el diseño gráfico superando a las invitaciones de boda americanas para dar paso a identidades de marca top. Oro = caro = exclusivo = lujo